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jueves, 26 de enero de 2012

Batalla de Boyacá.



Batalla  de Boyacá.

Los españoles quedaron burlados. Violentamente retrocedieron hacia Tunja por el camino principal de Paipa y luego trataron de recuperar sus comunicaciones con Bogotá. Al efecto el 7 de agosto en la mañana desfilaron a corta distancia al sur de Tunja. Bolívar desde el amanecer desesperaba por atacarlos y cuando aparecieron a su vista dejó pasar la vanguardia demasiado adelantada del cuerpo principal donde iba Barreiro. En el momento apresuró la marcha de sus cuerpos y con gran sorpresa de los enemigos el ejército independiente se presentó en columna sobre una altura donde era fácil dominar la posición de los españoles. El batallón Cazadores atacó a un cuerpo de la vanguardia de éstos y lo obligó a retirarse. Unas compañías pasaron el puente y tomaron posición del otro lado, mientras las restantes presentaban alguna resistencia. La masa principal de los enemigos se encontraba en una extensa loma de corta altura, a menos de un cuarto de legua del puente e intentó extenderse hacia este último para apoyar a su vanguardia, pero el batallón Rifles y una compañía de la Legión Británica, rechazaron la columna enemiga, mientras los batallones No 1 de Barcelona y Bravos de Páez y el escuadrón del Alto Llano, al mando de Rondón marchaban por el centro y atacaban con vigor a los enemigos. Desde los primeros momentos se empeñó la acción en todos los puntos de la línea con igual vigor.

El Libertador dirigía el ataque y animaba a los batallones con frases adecuadas. Anzoátegui tenía a su cargo las operaciones del centro y la derecha. De este lado destruyó un batallón del enemigo que trató de establecerse arriba de una cañada. En el centro se realizaron combates semejantes. El Libertador logró que los cuerpos principales envolvieran a los enemigos establecidos en el centro y los arrojaran hacia atrás. Los escuadrones del Alto Llano, de Rondón e infante, cargaron con su acostumbrado valor  y desde aquel momento los esfuérzos del general español fuéron infructuosos. Perdió su posición y sus tropas no pudieron oponer desde ese instante ninguna resistencia. La infantería trató de rehacerse en la altura inmediata, pero fué destruida después de una corta lucha. La caballería de los enemigos, cargada por los llaneros, desapareció del campo de batalla. El ejército español ya sin cohesión y dislocado rindió las armas y se entregó prisionero. Casi simultáneamente el general Santander, encargado de las operaciones de la izquierda cargó con una compañía del batallón de Línea y los Guías de retaguardia, pasó el puente y completó la victoria (24). Todo el ejército quedó prisionero, incluyendo al general Barreiro.

El Libertador dirigía el ataque y animaba a los batallones con frases adecuadas. Anzoátegui tenía a su cargo las operaciones del centro y la derecha. De este lado destruyó un batallón del enemigo que trató de establecerse arriba de una cañada. En el centro se realizaron combates semejantes. El Libertador logró que los cuerpos principales envolvieran a los enemigos establecidos en el centro y los arrojaran hacia atrás. Los escuadrones del Alto Llano, de Rondón e infante, cargaron con su acostumbrado valor  y desde aquel momento los esfuérzos del general español fuéron infructuosos. Perdió su posición y sus tropas no pudieron oponer desde ese instante ninguna resistencia. La infantería trató de rehacerse en la altura inmediata, pero fué destruida después de una corta lucha. La caballería de los enemigos, cargada por los llaneros, desapareció del campo de batalla. El ejército español ya sin cohesión y dislocado rindió las armas y se entregó prisionero. Casi simultáneamente el general Santander, encargado de las operaciones de la izquierda cargó con una compañía del batallón de Línea y los Guías de retaguardia, pasó el puente y completó la victoria (24). Todo el ejército quedó prisionero, incluyendo al general Barreiro.

Tal fué la jornada de Boyacá, coronamiento de la marcha militar más atrevida; obra de genio y de audacia imponderables, y cumplimiento de una profecía dada en la proclama de 10 de agosto de 1818 de libertar la Nueva Granada antes de un año (25).

Mientras tanto sus enemigos y envidiósos esperaban en Angostura la noticia de una derrota para satisfacer el odió que les inspiraba y aniquilarlo.

Los vencidos perdieron sus mejores jefes y oficiales. Tuvieron 210 muertos y heridos y quedaron en poder de los patriotas 1.600 soldados no heridos. Las pérdidas de los patriotas se estimaron en el parte en 13 muertos y 53 heridos, pero seguramente fuéron mayores (26).

La persecución se hizo con actividad extraordinaria. Bogotá fué libertada el 8 por el propio Libertador. De esta ilustre capital, sin pérdida de tiempo partieron columnas con instrucciones de no perder momento, hacia el Norte, al Magdalena, en dirección Noroeste hacia Antioquia y al Chocó y al Sur a Popayán. En pocos días quedaron libres estas provincias. El Virrey y los principales funcionarios del Gobierno huyeron precipitadamente a Honda, camino de Cartagena, con la Guardia de Alabarderos de 200 infantes y jinetes, mientras Calzada llevaba corriendo a Popayán 450 soldados del Regimiento de Aragón. Por su parte el venezolano Nicolás López, uno de los tenientes de Boyes, reunió en su fuga al Sur 683 hombres escapados del campo de Boyacá; el español Antonio Plá, el mismo del Rincón de los Toros acompañado de 300 hombres huía de los Valles de Tenza hacia Popayán, y el gobernador Loño y el jefe de estado mayor Esteban Díaz, escapados de Boyacá con 266 huyeron hacia el Magdalena. Los gobernadores del Socorro y Pamplona aterrados corrieron rumbo a Venezuela. En la persecución de tropas se distinguieron el general Anzoátegui y los coroneles Ambrosio Plaza y José María Córdova.

La mayor parte de la Nueva Granada quedó libre y unida a Venezuela formó la república de Colombia, creada bajo la inspiración de Bolívar en el Congreso de Angostura, el 17 de diciembre de 1819.

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